Alimentación saludable y bienestar
Alimentación saludable y bienestar: el equilibrio entre nutrición y antioxidantes naturales
La búsqueda de una alimentación saludable y bienestar se ha convertido en una prioridad en las sociedades avanzadas: cada vez tenemos más años por vivir y la presión del entorno y de las redes sociales nos exige una salud acorde con nuestra edad. Más allá de contar calorías o seguir modas dietéticas, los expertos subrayan que el verdadero bienestar depende del equilibrio entre lo que comemos, el orden en que lo hacemos y la capacidad del organismo para aprovechar los nutrientes sin generar radicales libres, inflamación ni estrés oxidativo.
La mayoría de los radicales libres se produce durante los procesos metabólicos y por estrés celular. Los factores estresantes que desencadenan un aumento de los radicales libres pueden ser: la polución medioambiental y los hábitos tóxicos como fumar, beber, tener una alimentación inadecuada en la que predominen los ultraprocesados, dormir mal, etc…
En esta línea, recientes investigaciones apuntan a que la forma en que se ordena el consumo de los alimentos a lo largo del día puede marcar la diferencia entre una digestión saludable y una sobrecarga metabólica. Un buen apunte se encuentra en el artículo Orden correcto de los alimentos para el bienestar y la longevidad que destaca cómo priorizar ciertos grupos alimenticios en momentos concretos del día puede optimizar la absorción de vitaminas, mejorar el tránsito intestinal y favorecer la energía sostenida.
Alimentación saludable y bienestar frente al estrés oxidativo
La ciencia actual confirma que el exceso de radicales libres es uno de los principales enemigos de la salud y el bienestar a partir de los cincuenta años. Cuando el organismo no dispone de suficientes antioxidantes, estas moléculas inestables dañan las células y aceleran el envejecimiento biológico.
Aquí, la alimentación consciente juega un papel fundamental. Incluir frutas, verduras y plantas con alto contenido en polifenoles o flavonoides ayuda a neutralizar esos radicales libres. Pero la dieta por sí sola no siempre cubre todas las necesidades, especialmente en etapas de estrés o fatiga crónica o a partir de una determinada edad. Por ello, los complementos naturales se han convertido en un aliado estratégico para reforzar la respuesta antioxidante del cuerpo.
Un ejemplo destacado es Regis KH AntiOx, formulado a base de agrimonia, ortiga blanca y caléndula, tres plantas reconocidas por sus efectos antioxidantes, antiinflamatorios y digestivos. Su acción combinada reduce el impacto del estrés oxidativo, mejora la función digestiva y fortalece las defensas naturales, aspectos esenciales para mantener la armonía metabólica que define la auténtica alimentación saludable y bienestar.
Nutrición estructurada y suplementos naturales: una estrategia de equilibrio
Cada vez más nutricionistas coinciden en que la clave del bienestar no está solo en qué comemos, sino también en cómo se organiza la alimentación diaria. Un desayuno que empiece con una grasa, como el yogur, seguida de hidratos de carbono integrales y finalice con fruta o zumo de frutas, comidas equilibradas con verduras y proteínas de calidad y cenas ligeras que faciliten el descanso metabólico o el ayuno intermitente, son pautas básicas que favorecen la longevidad y el rendimiento físico y mental.
A este enfoque estructurado puede sumarse el apoyo de la fitoterapia moderna. La caléndula, por ejemplo, destaca por su capacidad para proteger las mucosas digestivas, depurar el organismo y reforzar la inmunidad. En combinación con otras plantas, actúa como una barrera natural frente a los desequilibrios que el estilo de vida moderno impone.
La tendencia actual apunta hacia un modelo de bienestar preventivo, donde la alimentación equilibrada se complementa con fórmulas naturales capaces de potenciar los procesos de regeneración celular y reducir la inflamación silenciosa. Este equilibrio entre nutrición y suplementación marca el camino hacia una salud más estable, resiliente y duradera.
Cuidar la alimentación no es solo una cuestión estética o de moda; es un compromiso diario con la salud y el bienestar integral. Cada elección que hacemos frente al plato influye en nuestra energía, nuestro ánimo y hasta en la manera en que envejecemos. Una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras, proporciona los nutrientes que el cuerpo necesita para funcionar de manera óptima. Pero también es fundamental atender a la calidad de los alimentos, su origen y el modo en que los combinamos. Optar por productos naturales, libres de aditivos y procesados, contribuye a mantener el equilibrio interno y fortalece el sistema inmunitario. En ese contexto, los complementos alimenticios elaborados a base de extractos vegetales, como los que desarrolla Regis Global, pueden desempeñar un papel esencial: ayudan a compensar carencias nutricionales, a depurar el organismo y a reforzar las defensas de forma natural. La clave está en entender que la nutrición no se limita a cubrir necesidades fisiológicas, sino que también influye en la salud emocional y mental. Alimentarse bien significa escucharse, respetar los ritmos del cuerpo y apostar por un estilo de vida sostenible que combine una buena dieta, descanso adecuado y actividad física regular. Cuando la alimentación se convierte en un acto consciente, se transforma en una poderosa herramienta de prevención y bienestar duradero.
La alimentación saludable no puede entenderse únicamente como una lista de alimentos recomendados o prohibidos. Es, ante todo, una forma de organizar la vida cotidiana desde la conciencia y la responsabilidad personal. Comer bien implica observar cómo reacciona el cuerpo ante cada alimento, identificar qué combina mejor con nuestro ritmo de vida y reconocer que el bienestar no depende de decisiones aisladas, sino de un patrón sostenido en el tiempo. Por eso, cada vez más personas valoran una dieta basada en ingredientes frescos, mínimamente procesados y ricos en nutrientes, capaz de aportar energía estable y favorecer una digestión equilibrada.
A nivel fisiológico, una alimentación de calidad influye en la regulación hormonal, en la gestión del estrés y en la salud del sistema inmunitario. La presencia adecuada de vitaminas, minerales y antioxidantes es determinante para que el organismo pueda reparar tejidos, reducir el impacto del estrés oxidativo y mantener un buen estado general. Esta relación entre nutrición y salud se vuelve especialmente evidente en épocas de mayor desgaste físico o mental, cuando una mala alimentación intensifica la fatiga y reduce la capacidad de recuperación.
Asimismo, los hábitos alimentarios tienen una dimensión emocional profunda. Comer deprisa, sin prestar atención o como respuesta al estrés, suele derivar en desequilibrios que afectan tanto al estado de ánimo como al descanso. En cambio, una relación más consciente con los alimentos —basada en la elección informada, la moderación y el equilibrio— contribuye a mejorar la percepción de bienestar, la claridad mental y la estabilidad emocional. Promover una alimentación saludable es, en definitiva, apostar por un estilo de vida más coherente con nuestras necesidades reales y con la salud a largo plazo.
Libro recomendado: Alarga tu esperanza de vida: Cómo la ciencia nos ayuda a controlar, frenar y revertir el proceso de envejecimiento (Bienestar, salud y vida sana). El libro del profesor de Harvard, David Sinclair, el científico que está revolucionando la investigación sobre el rejuvenecimiento y la esperanza de vida. | ![]() |


