Pocos espectáculos evocan tantas emociones como el circo y cuando se trata del Raluy, que está vinculado con nuestra cultura desde hace cinco generaciones debemos añadir a las emociones artísticas, mágicas o a la belleza de su maravilloso espectáculo el hecho de enorme importancia de la pervivencia de esta Empresa Familiar. Este mes de diciembre podremos disfrutar de su espectáculo en Barcelona.
El origen del Histórico Circo Raluy
Luis Raluy (1911) nace en Carcasona (Francia) de familia catalano-aragonesa. Vive en Sant Adrià del Besós y desde muy pequeño siente la vocación por el circo, con los años llega a convertirse en un hombre de circo, en un artista de circo. Primero empezó como acróbata, formó el Trio Keystone, especialistas en las Barras Fijas. Era un hombre innovador que creó atracciones únicas, audaces y espectaculares y coleccionista de carromatos antiguos. Entre los aňos 30 y 60 actuó en los mejores circos y teatros del mundo, siempre acompañado de su familia. Marina Tomás Jorba, catalana de Igualada (Barcelona) fue la mujer de su vida y madre de la segunda generación “circense” de los Raluy: Luis, Carlos, Eduardo y Francis.
En los años 70 la familia Raluy ya tiene su propio circo. Luis, con la ayuda de sus hijos, lleva de gira con increíble éxito, por España y Portugal , el circo “Ringland”.
La colección de carruajes
Pero la colección de Carruajes de Época de Luis “pide” ser mostrada al público. Luis Raluy Iglesias crea, inspirado en el pasado y como homenaje al circo clásico de la época de oro, el “CIRCO MUSEO RALUY”, el primer circo-museo del mundo y la génesis del histórico.
Luis Raluy desde muy pequeño demostraba tener una mente privilegiada, una sensibilidad especial y una pasión hacia el circo que le fue transmitida directamente por su padre a una muy temprana edad. Ha sido siempre el encargado de cuidar el legado de su padre, de mantener intacta la colección de carruajes de principio del siglo pasado, de salvaguardar la esencia del circo, en definitiva, de mantener vivo el conocimiento y la historia de cinco generaciones de artistas de circo. Su padre lo convirtió en un apasionado por el circo y por su colección de carruajes para que a su vez él transmitiera a sus tres hermanos menores esta pasión.
A día de hoy, Luis Raluy es director, payaso, escritor, inventor, físico, músico y un gran intelectual, lo que hace que siga transmitiendo sus conocimientos al resto de la familia para que sigan sus pasos. Su inteligencia y su vocación por el circo y por su familia han hecho del Circo Raluy un ejemplo de Empresa Familiar que se transmite a lo largo de cinco generaciones.
Raluy, un circo singular
El Circo Raluy es un circo histórico y familiar que se distingue por su enfoque en la tradición circense clásica. Originario de Cataluña, España, este circo ha estado en funcionamiento desde finales de los años 70, manteniendo vivas las tradiciones y el encanto de los circos del pasado.
Una de las características más distintivas del Circo Raluy es su compromiso con la conservación del legado circense. Se destaca por utilizar carromatos y caravanas antiguas, que no solo sirven como vehículos y alojamientos para los artistas, sino también como una parte esencial de la estética y la atmósfera del circo. Estos carromatos, muchos de los cuales datan de principios del siglo XX, han sido cuidadosamente restaurados y mantenidos, añadiendo un sentido de historia y autenticidad al espectáculo.
El repertorio del Circo Raluy incluye una variedad de actos que rinden homenaje al circo clásico. Los espectáculos suelen contar con acróbatas, malabaristas, payasos, y otros artistas que realizan actos tradicionales, evocando la nostalgia de los circos de antaño. Aunque el circo respeta las tradiciones, también se adapta a los tiempos modernos, incorporando elementos contemporáneos en sus actuaciones para mantener su relevancia y atractivo.
La familia Raluy, que dirige el circo, ha pasado el arte del espectáculo de generación en generación, asegurando que cada show no solo sea un acto de entretenimiento, sino también una expresión de su herencia y pasión por el circo. Esta continuidad familiar es un elemento clave en la identidad del Circo Raluy, ya que cada miembro aporta su propio talento y creatividad al conjunto.
El Circo Raluy ha sido reconocido no solo por su calidad artística, sino también por su contribución a la preservación de la cultura circense. Su enfoque en la autenticidad, combinado con una dedicación inquebrantable a la excelencia en el arte del circo, lo convierte en una experiencia única tanto para los aficionados del circo tradicional como para aquellos que descubren el circo por primera vez.
Los cumpleaños en el Circo Histórico Raluy
La ocasión de festejar un cumpleaños dentro del entorno mágico del Circo Raluy representa una aventura sin igual para los niños, marcando un antes y un después en su forma de celebrar estas fechas tan señaladas. Este circo, conocido por su capacidad de convertir lo ordinario en extraordinario, se erige como el escenario ideal para un día repleto de sorpresas, risas y emociones que desbordan la imaginación.
Desde el instante en que los pequeños y sus acompañantes cruzan el umbral del circo, se sumergen en un universo paralelo donde la magia es la norma y la cotidianidad queda en suspenso. Este mundo está saturado de colores vivos, melodías que envuelven el alma y espectáculos que despiertan la fascinación a cada paso. Para un niño, celebrar su cumpleaños aquí significa vivir un cuento de hadas en tiempo real, donde cada número circense, desde los más audaces acróbatas hasta los magos con sus enigmas, se convierte en un regalo único e inesperado.
En este contexto, el Circo Raluy no es solo un lugar de entretenimiento, sino un espacio donde la fantasía cobra vida, alimentando los sueños y las ilusiones de los más jóvenes. Los momentos vividos durante la celebración se entrelazan con la magia del espectáculo, dejando una huella imborrable en el corazón y la memoria de los niños. La experiencia de un cumpleaños en este circo trasciende la simple conmemoración de un año más de vida, transformándose en una jornada de descubrimiento, alegría y asombro que se recordará con cariño por siempre.
