Conociendo a Ricardo Rodrigo. Editor y propietario del grupo RBA

Ricardo Rodrigo es una figura clave en la cultura barcelonesa y uno de los grandes editores de la historia contemporánea de España. Aunque poco conocido por el gran público, su influencia es profunda y reconocida por quienes conocen bien los entresijos del mundo editorial. Con una trayectoria longeva y admirable, Ricardo Rodrigo ha dejado una huella imborrable en el panorama cultural y editorial, tanto a nivel nacional como internacional.
De la Argentina revolucionaria a la Barcelona literaria
Nacido en Argentina, su juventud estuvo marcada por el compromiso político. Estuvo junto al Che Guevara y participó en procesos de formación guerrillera, primero en Cuba y posteriormente como responsable de un intento de reorganización revolucionaria en su país natal. Tras el fracaso de la segunda guerrilla en Bolivia, decidió abandonar la vía armada y emprender una nueva etapa de su vida en España.
Aterrizó en Barcelona en septiembre de 1971, con solo 23 años, acompañado por su pareja e hijos. Se instalaron en Castelldefels, un enclave que entonces acogía a varios intelectuales y emigrados argentinos. Allí coincidió con figuras como Carlos Sampayo, Marcelo Covián y Alberto Cousté. Una noche, uno de ellos, viendo su pasión por la literatura, lo invitó a una cena en la capital. El evento era nada menos que el Premio Barral, donde se reencontró con Julio Cortázar —vecino suyo en Buenos Aires—, y conoció a personalidades como Gabriel García Márquez y la influyente agente literaria Carmen Balcells.
Fue Cortázar quien lo presentó a Carlos Barral con una frase que cambiaría su vida: “Este es mi hermano menor. Esto te lo pido, o te lo exijo. Mañana tiene que estar trabajando contigo”. Así comenzó su trayectoria en el mundo editorial español.
Bruguera: la gran escuela
Empezó colaborando con la editorial Barral, aunque el volumen de publicaciones era bajo, lo que le llevó a compaginar ese trabajo con colaboraciones para la Editorial Bruguera. Allí, además de trabajar como corrector, escribió novelas románticas, libros de horóscopos para el misterioso Profesor Lester e incluso fue «negro literario» de Marcial Lafuente Estefanía.
Bruguera fue su verdadera escuela de formación como editor. Pasó por todos los escalones del oficio: corrector tipográfico, corrector de estilo, jefe de correctores, redactor de segunda y de primera, hasta acabar dirigiendo colecciones. Francisco Bruguera, director de la editorial y con quien compartía una sensibilidad política republicana, llegó a confiar tanto en él que, tras ser diagnosticado de Parkinson, le encargó la dirección completa de la editorial. Rodrigo asumió el reto durante tres años, publicando a autores de primer nivel como Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Julio Cortázar y Jorge Luis Borges.
La quiebra posterior de Bruguera —como la de muchas editoriales de la época— se debió a dos factores principales: el mantenimiento de una imprenta propia y el colapso del mercado editorial en América Latina.
El nacimiento de RBA
Tras detectar la insostenibilidad del rumbo económico que la dirección de Bruguera quería aplicar —con aumentos salariales por encima del mercado—, Ricardo Rodrigo decidió abandonar la empresa. Lo hizo acompañado de dos personas clave: Carmen Balcells y Roberto Altarriba. Con ellos fundó una nueva compañía que llevó el nombre de sus tres apellidos: RBA.
Inicialmente, RBA actuaba como packager, es decir, una agencia que desarrollaba contenidos editoriales para terceros. Trabajaron para grupos como Planeta en España y De Agostini en Italia. El modelo de negocio era claro y escalable: producían un contenido editorial por un coste, y luego lo licenciaban simultáneamente a editores de distintos países, duplicando la inversión desde el inicio y quedándose con un pequeño porcentaje de derechos de autor.
En menos de una década, RBA se convirtió en editorial, creando un catálogo propio de libros, coleccionables y revistas. Hoy en día, el Grupo RBA está consolidado como el segundo grupo editorial más importante de España y figura entre los diez primeros del mundo. Gracias a sus últimas adquisiciones, no es descabellado pensar que pronto pueda superar al Grupo Planeta en el mercado nacional.
Sede, estilo y visión
La sede de RBA está ubicada en un espectacular edificio de 19.000 m² en la Avenida Diagonal de Barcelona, diseñado por el reconocido arquitecto Oriol Bohigas, amigo personal de Rodrigo. Es un edificio de 17 plantas y cuatro sótanos, una rara incursión de Bohigas en la arquitectura privada. En la planta 17 se encuentra el despacho de Ricardo Rodrigo: un espacio pulcro, sin papeles a la vista, donde predomina el blanco. El editor suele vestir con traje, sin corbata y mocasines cómodos. Su memoria prodigiosa y sus años en la clandestinidad —donde evitar dejar huella era vital— explican esa preferencia por no acumular documentos.
Junto a su despacho está la biblioteca histórica de RBA, donde se conservan obras emblemáticas de editoriales absorbidas por el grupo, como Molino, famosa por sus ediciones de Agatha Christie y las aventuras de Guillermo el travieso.
Un compromiso con la cultura
El compromiso de Ricardo Rodrigo con la cultura y con su ciudad de acogida, Barcelona, es total. Por eso creó la Fundación RBA, destinada a fomentar el libro, la lectura y el pensamiento crítico. Su actividad va mucho más allá del negocio editorial y busca cultivar el tejido cultural barcelonés y español.
Fue galardonado con la Creu de Sant Jordi por el presidente Pasqual Maragall, reconocimiento a su labor y compromiso con Cataluña. Según Rodrigo, incluso Jordi Pujol habría estado de acuerdo: “Usted y yo estamos en el mismo barco”, me decía. “Aquí lo único que importa es si uno ama o no a Cataluña. Y usted la ama”.
National Geographic y liderazgo editorial
En 1999, RBA dio un nuevo golpe de efecto al convertirse en el editor de la edición española de National Geographic, siendo la segunda edición internacional de la legendaria revista. Este hito consolidó su prestigio en el sector de las publicaciones periódicas.
Hoy, las revistas de RBA son líderes en el mercado. En la primera ola del Estudio General de Medios (EGM) de 2024, RBA concentra cuatro de las cinco revistas más leídas de España, con un crecimiento interanual del 30% y un total de 9,8 millones de lectores. Duplican así al segundo en el ranking, Hearst, que se queda en 4,6 millones.
Más allá de los libros: psicoanálisis y motociclismo
Amigo personal de Judith Miller, hija del psicoanalista Jacques Lacan, Ricardo Rodrigo se sometió durante 23 años a análisis. Su vínculo con esta disciplina también es familiar: su primera esposa, su hermana y su hija menor son psicoanalistas.
Como anécdota curiosa y poco conocida, también fundó el equipo motociclista RBA Racing Team, que ha participado con éxito en el campeonato mundial de Moto3, combinando así dos pasiones aparentemente opuestas: la velocidad y la edición.