Yoga y bienestar: para cuidar cuerpo y mente

Yoga y bienestar: una práctica milenaria para cuidar cuerpo y mente

El ritmo acelerado de la vida moderna ha provocado que muchas personas se alejen de hábitos saludables y de espacios de calma. Frente a este escenario, el yoga se consolida como una disciplina milenaria que ofrece respuestas sencillas y eficaces para mejorar el bienestar físico y mental. Lejos de ser una moda reciente, el yoga forma parte de una tradición ancestral que entiende la salud como un equilibrio profundo entre cuerpo, mente y respiración.

A través de posturas físicas (asanas), técnicas respiratorias (pranayama) y ejercicios de concentración, el yoga ayuda a fortalecer el cuerpo, calmar la mente y reconectar con uno mismo. Su práctica es accesible para personas de todas las edades y condiciones físicas, lo que explica su creciente popularidad en todo el mundo.

El valor del yoga tradicional en la salud integral

El desarrollo del hatha yoga durante el siglo XX permitió que esta disciplina se adaptara a la vida contemporánea, poniendo especial atención en las posturas físicas sin perder su esencia. Esta forma de yoga, conocida hoy simplemente como “yoga”, se caracteriza por movimientos suaves, respiración consciente y una práctica progresiva que no exige una gran forma física.

Si usted ya tiene hábitos de alimentación saludables, el yoga puede aportarle amplios y bien documentados beneficios. A nivel físico, mejora la flexibilidad, fortalece la musculatura, corrige la postura y favorece el equilibrio. Además, estimula sistemas clave del organismo como el osteomuscular, el circulatorio, el respiratorio y el digestivo. En el plano mental y emocional, reduce el estrés, la ansiedad y el agotamiento, mejora la concentración y aporta una sensación de calma duradera.

Desde una perspectiva de salud global, el yoga puede contribuir a mejorar la calidad del sueño, ayudar al control de la presión arterial y fortalecer el sistema inmunológico. Por ello, cada vez más especialistas en bienestar integral recomiendan su práctica junto a otros hábitos saludables.

Maestros del yoga y transmisión del conocimiento

La transmisión fiel de esta disciplina ha sido posible gracias a maestros que han respetado su profundidad filosófica. Entre ellos destaca Ramiro Calle, pionero del yoga en España, escritor prolífico y fundador del centro Shadak en 1971. Su labor ha sido clave para acercar el yoga a Occidente desde una visión auténtica, alejada de la superficialidad, recordando que el yoga es también un camino de conocimiento interior y disciplina personal.

Yoga en silla, una adaptación necesaria para
la vida actual y el bienestar

 El yoga en silla surge como una respuesta práctica a uno de los grandes problemas de nuestra época: el sedentarismo. Pasar muchas horas sentados frente al ordenador provoca rigidez, dolores de espalda, tensiones cervicales y fatiga mental. Esta modalidad de yoga permite realizar posturas adaptadas utilizando una silla como soporte, sin necesidad de colchoneta ni ropa especial.

Es especialmente recomendable para personas mayores, personas con movilidad reducida o para quienes disponen de poco tiempo. A partir de los 50 años, la pérdida de masa muscular puede afectar a la estabilidad y aumentar el riesgo de caídas. El yoga en silla ayuda a mantener la movilidad, mejorar la postura y prevenir lesiones de forma segura y progresiva. Además, se integra fácilmente en pausas laborales o rutinas diarias, una práctica cada vez más valorada en entornos profesionales y educativos.

Recuperar la tradición para mejorar la calidad de vida

El yoga, en todas sus formas, demuestra que las prácticas tradicionales siguen teniendo plena vigencia. Incorporar unos minutos diarios de movimiento consciente y respiración puede marcar una diferencia notable en la salud física y mental. Apostar por este tipo de conocimiento es una manera de unir pasado y presente, tradición y bienestar.

Para la recuperación después del ejercicio son interesantes los suplementos alimenticios como Regis Cardio, compuesto de Coenzima Q10, Omega 3, Resveratrol, Tiamina (Vitamina B1), Vitamina A, Vitamina C y Vitamina E, que además tiene efectos antioxidantes, reduce el estrés oxidativo y mejora la función cerebral