Las jaquecas
Las jaquecas son una tipología de dolor de cabeza que suele ser recurrente, de intensidad leve o grave, a la vez que se relaciona habitualmente con náuseas y vómitos. Además el dolor puede agudizarse con la exposición a la luz o fotofobia, los ruidos o sonofobia y el movimiento durante los ataques.
La aparición de esta problemática suele surgir en la juventud, en edades inferiores a los 40 años. Es muy habitual que aparezca en la infancia o adolescencia. Su periodicidad puede ser variable, siendo frecuente que aparezca varias veces al mes.
Suele ser más frecuentes en las mujeres y sus causas no se encuentran bien definidas. Aunque pueden ser causadas por alteraciones en algunas áreas del cerebro, que se despiertan de manera repentina, emanando sustancias que cambian el funcionamiento de los vasos cerebrales. Estos vasos se expanden y se contraen originando el dolor de cabeza pulsátil o en forma de latidos.
¿Quiénes pueden sufrir de jaquecas?
Las personas que suelen sufrir de manera frecuente de esta problemática son aquellas que sufren de asma, insomnio, síndrome de apnea del sueño, hipertensión arterial o de la enfermedad de Raynaud.
¿Cómo se diagnostican las jaquecas?
El diagnóstico de jaqueca se origina empleando criterios clínicos, después de haber descartado otras enfermedades que pueden generar dolor de cabeza. Por lo que si existe aura el diagnóstico es bastante fácil.
Para poder diagnosticar sin que exista aura, se necesitan una cantidad mínima de 5 ataques que cuenten con la aparición de dolores de cabeza que tengan una duración de entre 4 y 72 horas, los cuales no han sido tratados o su tratamiento se ha realizado de manera inadecuada.
Además, el dolor de cabeza debe tener por lo menos 2 de las siguientes características:
- Ubicación unilateral, es decir, en un solo lado de la cabeza.
- Pulsátil, que se sientan como latidos.
- Que cuente con una fuerza moderada o grave.
- Aumente con la realización de actividad física habitual.
Durante el dolor de cabeza debe surgir alguna de los siguientes escenarios:
- Existencia de náuseas o vómitos.
- Aparición de fotofobia o molestia a la luz y fonofobia molestia a los ruidos
Es esencial que se hayan descartado otras enfermedades.
Tratamiento
La asiduidad y fuerza de las jaquecas puede ser regulada con mejoras en el estilo de vida y con tratamiento, pero no tienen cura.
Puede ser recomendable la ingesta de anti-inflamatorios para disminuir la gravedad e intensidad de los brotes, generando excelentes resultados si se toman al iniciar el evento y en los casos leves o moderados, pero habitualmente no funcionan con los casos graves.
Algunos casos leves o moderados pueden ser mejorados con medicación oral. Aunque los casos graves pueden necesitar la aplicación de medicamentos inyectados.
Uno de los tratamientos más recomendados es el aplicado con la quiropráctica, ya que colabora con la reducción de la frecuencia y severidad de la aparición de los ataques. Además se reducen los efectos originados por el estrés sobre el sistema nervioso y de manera natural favorece el funcionamiento óptimo del cuerpo.